
Desde lo cognitivo, podemos decir que el Mindfulness se experimenta como una conciencia sensorial elevada del momento presente, libre de juicios, y de identificación con la experiencia.
Como práctica el Mindfulness requiere un enfoque de la atención sostenido en los procesos sensoriales, con una aceptación incondicional de la experiencia sensorial.
La Terapia Cognitivo Conductual con Mindfulness integrado (TCCMi), es un enfoque terapéutico sistémico que integra meditación Mindfulness con elementos centrales de métodos cognitivos y conductuales, con el fin de ensañar a los pacientes a interiorizar la atención para regular las emociones y la atención, y a externalizar esas habilidades a los contextos en los que su discapacidad se inicia o se mantiene.
Durante la meditación formal, aprendemos a ver los pensamientos por lo que son: meros pensamientos, independientemente de cual sea su contenido. Y aunque reconocemos ese contenido, aprendemos a no engancharnos a él, ni a darle importancia, ni a identificarnos ni a reaccionar. Aprendemos a percibir el pensamiento que surge con más objetividad, como un suceso mental que aparece y pasa y que como tal no puede afectarnos realmente a nosotros, por ser tan solo una de las muchísimas posibles, interpretaciones de la realidad.
Las ventajas que obtienen los pacientes ansiosos y deprimidos es que adquieren con la práctica la capacidad de distanciarse de sus pensamientos, y de ese modo, tienen más recursos para impedir la rumiación.
Respecto de las sensaciones físicas, la meditación permite que aprendamos a percibirlas y aceptarlas, independientemente de sus cualidades hedónicas (agradables, desagradables y neutras) y practicamos para permanecer lo más objetivos posibles y observar sus características transitorias: lo rápido o lo despacio que cambian, si son intensas o débiles, aceptables o inaceptables. Y a menudo descubrimos, no sin cierta estupefacción, que de un modo muy parecido a los pensamientos, las sensaciones físicas aparecen y pasan y son fenómenos básicamente impersonales.
Ejercitar esta práctica, trae muchos beneficios sobre todo en los trastornos basados en la hiperexcitación (por ej. Pánico, trastorno por estrés postraumático, trastorno del control de los impulsos, etc.) e incluso en el dolor crónico.