
Es muy común recibir en la consulta la queja de los pacientes ansiosos respecto a los pensamientos que los molestan constantemente. El contenido de estos pensamientos suelen ser preocupaciones, miedos, o simplemente ideas que comienzan sembrando la duda o el malestar, y hacen ver el mundo como un lugar peligroso, o por los menos un lugar donde hay que intentar constantemente estar atento para prevenir que suceda algo malo.
El principal antecedente histórico de la Terapia Cognitiva que se suele citar es el de Epícteto quien en el Enchiridion, en el Siglo I, dice: “No son las cosas mismas las que nos perturban, sino las opiniones que tenemos de las cosas”. En esta frase se pone de manifiesto uno de los preceptos básicos de la terapia cognitiva, lo importante no es lo que pasó, sino la significación que se le da a eso que pasó, el sentido o la atribución de significación, en síntesis la construcción particular de la realidad.
Según la definición teórica, el pensamiento es aquello que se trae a la realidad por medio de la actividad intelectual. Por eso, puede decirse que los pensamientos son productos elaborados por la mente, que pueden aparecer por procesos racionales del intelecto o bien por abstracciones de la imaginación.
Los pacientes ansiosos, suelen imaginar peligros donde no los hay. Y para evitar posibles catástrofes, tienden a dedicar tiempo a predecir las mismas. Ejercitan al cerebro para realizar dicha tarea. Por tal motivo, son expertos en ello.
La temática de sus pensamientos gira en torno a la prevención, los peligros, y el modo de estar preparado para evitarlos.
El problema, es que el cerebro no reconoce la diferencia entre lo real y lo imaginado. Entonces, cuando recibe la información sobre un peligro. El cuerpo se prepara para enfrentarlo, el sistema simpático se activa. Preparando a la persona para luchar, escapar o paralizarse.
Esto requiere un gran gasto de energía. Que tiende a dejar exhausta a la persona.
La propuesta de la Terapia cognitiva es principalmente comenzar a tomar nuestros pensamientos, como interpretaciones posibles de la realidad. No como la verdad absoluta. Muchas veces sufrimos por los pensamientos que nos aparecen en la mente, sin cuestionarnos la posibilidad de que sean disfuncionales o irreales.
La terapia cognitiva utiliza muchas estrategias para cuestionar nuestros pensamientos.
Es fundamental que los pacientes lleguen a comprender que los pensamientos que muchas veces los hacen sufrir, no son más que meras interpretaciones de la realidad, leídas con los anteojos de la ansiedad.
Es muy común recibir en la consulta la queja de los pacientes ansiosos respecto a los pensamientos que los molestan constantemente. El contenido de estos pensamientos suelen ser preocupaciones, miedos, o simplemente ideas que comienzan sembrando la duda o el malestar, y hacen ver el mundo como un lugar peligroso, o por los menos un lugar donde hay que intentar constantemente estar atento para prevenir que suceda algo malo.
El principal antecedente histórico de la Terapia Cognitiva que se suele citar es el de Epícteto quien en el Enchiridion, en el Siglo I, dice: “No son las cosas mismas las que nos perturban, sino las opiniones que tenemos de las cosas”. En esta frase se pone de manifiesto uno de los preceptos básicos de la terapia cognitiva, lo importante no es lo que pasó, sino la significación que se le da a eso que pasó, el sentido o la atribución de significación, en síntesis la construcción particular de la realidad.
Según la definición teórica, el pensamiento es aquello que se trae a la realidad por medio de la actividad intelectual. Por eso, puede decirse que los pensamientos son productos elaborados por la mente, que pueden aparecer por procesos racionales del intelecto o bien por abstracciones de la imaginación.
Los pacientes ansiosos, suelen imaginar peligros donde no los hay. Y para evitar posibles catástrofes, tienden a dedicar tiempo a predecir las mismas. Ejercitan al cerebro para realizar dicha tarea. Por tal motivo, son expertos en ello.
La temática de sus pensamientos gira en torno a la prevención, los peligros, y el modo de estar preparado para evitarlos.
El problema, es que el cerebro no reconoce la diferencia entre lo real y lo imaginado. Entonces, cuando recibe la información sobre un peligro. El cuerpo se prepara para enfrentarlo, el sistema simpático se activa. Preparando a la persona para luchar, escapar o paralizarse.
Esto requiere un gran gasto de energía. Que tiende a dejar exhausta a la persona.
La propuesta de la Terapia cognitiva es principalmente comenzar a tomar nuestros pensamientos, como interpretaciones posibles de la realidad. No como la verdad absoluta. Muchas veces sufrimos por los pensamientos que nos aparecen en la mente, sin cuestionarnos la posibilidad de que sean disfuncionales o irreales.
La terapia cognitiva utiliza muchas estrategias para cuestionar nuestros pensamientos.
Es fundamental que los pacientes lleguen a comprender que los pensamientos que muchas veces los hacen sufrir, no son más que meras interpretaciones de la realidad, leídas con los anteojos de la ansiedad.