INFANCIA

Los niños presentan númerosos miedos a lo largo de su desarrollo, lo cuales suelen ser transitorios, de intensidad débil y esperables para la edad. Por ejemplo, entre los 7 y 12 meses es frecuente el miedo a personas extrañas, de 1 a 5 años a ruidos intensos, animales y a la oscuridad. Entre los 3 a 5 años a monstruos y fantasmas, de los 6 a 12 años miedo a daños físicos, a ser castigado, al fracaso escolar y, por último, de los 12 a 18 años a exámenes, pruebas y a sentirse socialmente avergonzado o excluido. Si luego de su correspondiente periodo evolutivo normal, estos temores persisten en el tiempo y su intensidad afecta el desempeño cotidiano, nos encontramos frente un trastorno de ansiedad. Los niños y adolescentes con trastornos de ansiedad suelen experimentar un miedo intenso, preocupación o inquietud que puede durar largos períodos de tiempo y afectar significativamente su vida cotidiana.