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Los cambios en el estilo de vida de los individuos a partir del social media y el vertiginoso intercambio de información en la era digital, han contribuido a la creación de nuevas fobias que antes no existían. Miedos que tienen que ver con las redes sociales, con la falta de nuestros dispositivos móviles y con no aprovechar al máximo nuestro tiempo según nuestros exigentes estándares. Aquí tenemos cinco fobias de la era moderna.

  • Socmefobia. Es el miedo a las redes sociales. Las personas que sufren de socmefobia no quieren tener absolutamente nada que ver con cualquier plataforma como Facebook, Twitter y semejantes. Un desorden propio y exclusivo del siglo XXI.
  • Nomophobia. Es el miedo de estar lejos de nuestros dispostivos móviles. Tiene que ver con el pánico que se manifiesta en la boca del estómago cuando al salir de nuestra casa y llevar buen camino recorrido, nos damos cuenta de que olvidamos nuestro celular. Por supuesto, quienes la sufren en mayor medida pueden llegar a tener crisis severas de ansiedad.
  • Agmenofobia. Una fobia propia de los que tienen una vida particularmente agitada. Cuando al ir de compras y formarse en una cola para pagar, empezamos a notar que la que no elegimos se mueve más rápido y empezamos a tener síntomas de ansiedad, desesperación y miedo, estamos sufriendo de Agmenofobia. La idea de que hay miles de cosas más importantes que hacer que estar esperando en la línea lenta puede ser desquiciante.
  • Allodoxafobia. Ningún experto en mercadotecnia debería sufrir de allodoxafobia: el miedo a las opiniones de los demás. Es una fobia social que se puede manifestar en cualquier momento de nuestra vida, aunque no la hayamos padecido antes. La gente comienza a padecer miedo cuando se expone.
  • Kainolofobia. Es el miedo a todo lo nuevo. Con el correr imparable de la información de un lado a otro, desde cualquier medio, mediante cualquier vía, esta fobia comienza a manifestarse con mayor frecuencia y cada vez más fuerte. Novedades, noticias recientes y nuevas experiencias deben estar fuera del alcance de los que sufren kainofobia.